Que
te amarres a mi piel,
como
lo hacen tus pulseras,
y
mi pecho acariciado
con
tu negra cabellera.
Mis
dedos con avidez
cruzando
toda frontera,
el
aroma delicioso
del
cadáver de la espera.
Y
a la luz de las estrellas,
el
vapor que el tacto emana,
el
termómetro del cuarto
en
silencio ya reclama.
Mi
sudor te hace pura,
ya
tu vida no es mundana,
desemboca
un río de besos
y
en tu cuerpo se derrama.
Tú
me derrites con los ojos,
y
con tu boca ni hablar,
con
tu cuerpo y mi receta
son
tus piernas un manjar.
Y
tus uñas limpiamente
en
mi espalda han de encallar,
si mi cama fuese un barco
podríamos
naufragar.
...Close
your eyes. Let your soul taste me. There's no useful shield against this
fire...
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