Como
querer tapar el sol con un dedo,
como
querer, con alcohol, apagar el fuego,
como
querer jugar cartas en un tablero:
así,
así te quiero.
Con
la chispa de tus ojos,
el
calor de tus besos,
y
el detonante de tus manos,
a
tu piel me has hecho preso.
Cuando
sin hablar me hablas,
es
de ideas un compendio,
no
puede apagarse la llama
cuando
ya ésto es un incendio.
Y
es normal la duda,
cuando
sientes que te quemas,
cuando
no sigues tu instinto
que
en tu oído grita "¡frena!".
De
nómada, a sedentario.
Es
el cambio que yo he hecho,
aunque
del miedo a la felicidad
hay
un espacio muy estrecho.
Perdona
si titubeo,
no
está en mi naturaleza,
nunca
estuvo en el libreto
que
el cazador se convirtiera en presa.
Sé
que contigo no hace falta nada más,
y,
aunque la tentación no sea escasa,
hoy
yo mismo me amarro las manos,
hoy
el que caza se queda en casa.
Y
aunque el mundo no se oponga
a
que mis armas yo deponga,
seguiré
en esta cama la batalla,
junto
a quien envuelto en llamas me halla.
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