Corre
hacia el norte,
yo
lo mismo haré hacia el sur:
igual
nos encontraremos
cuando
la verdad afrontes.
Y
yo buscaré la esencia
que
dejé caer al pozo
que
hace juego con tus ojos...
que
me opone resistencia.
La
verdad aquí se ofrenda
para
los que quieren verla,
yo
prefiero dar la espalda
y
taparme con una venda.
Pero
no es por cobardía,
sino
por ver más allá,
aunque
tu voz anhelante
se
une a la algarabía.
No
hay pasajes de la historia
que
hagan revivir mis logros,
yo
no quiero mi renombre,
sino
estar en tu memoria.
Si
sales del laberinto,
si
resuelves el enigma,
prometo
darle a tu vida
lo
que al paladar da un vino tinto.
Mientras
tanto el tiempo corre,
y
yo aquí: al acecho, a la espera.
Que
tu puntería sea certera
y
mis palabras no se borren,
para
darle a mis escritos
la
fluidez que causa tu nombre.
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