"Noche, la única muerte viva" Miguel Ángel Nieves - Octanos.
Juguemos a que me hielas un poco más.
Juguemos a que no espero tu mirada desafiante, clavada en mis ojos que se pasean impacientes por un libro viejo de Cortázar.
Juguemos a que no quiero besarte más, a que tu abrazo no es más que un recuerdo vago.
Juguemos a que la muerte viva no me reclama tu cuerpo, a que no viene cargada del perfume sublime de tu olor natural.
Juguemos a que no me canso de jugar y ganar.
Juguemos a que cada victoria no me acerca más a ti.
Juguemos también a que tú ganas, a que todo está bien.
Juguemos a que no existen las lágrimas, a que las sonrisas son completamente sinceras.
Juguemos a que no nos persigue la sombra del otro, a que estamos completos.
Juguemos a que no hay vacíos en el corazón, a que encontramos lo perdido en cada esquina.
Juguemos a que somos un rompecabezas repetido, a que otros cuerpos encajan con exactitud con el nuestro.
Juguemos a que no rendíamos culto a muchas muertes vivas, a que no hacíamos que la luna llorara desconsolada por sentirse sola cuando nos alumbraba...
También podemos jugar a que nos tomamos un café bien cargado, a que dejamos en la mesa, junto con la cuenta, el desastre en el que nos hemos convertido.
También podemos jugar a sonreír de verdad...
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