"Las
musas de los poetas son víboras cuyos colores embriagadores no impiden el
mordisco envenenado" Alejandro Jodorowsky.
Te destejes, paso a paso, a medida que bajas por la escalera de caracol. Trazas círculos que gritan de júbilo, luego se acercan firmemente, hasta que queman.
Viniste a hacer, con las señales de costumbre, lo que no se acostumbra, lo que nunca había sucedido. Y saliste cabalgando, con tu elegancia de costumbre y la ballesta inmóvil en la espalda, entre lunares y cicatrices.
Me pediste que te siguiera, así que corro... hasta que ya no te veo. Hasta quedar abandonado, acompañado de dientes que están regados por todo el suelo. Y vienen todos a ver, pidiendo caídas entre tambores y risas. Son sabios y conocen todo, ven los cuatro collares, evidentemente. El morbo les recorre la piel como un escalofrío y la saliva dulce se les desborda como un panal que explota; enfermos.
La amenaza de tormenta me salva de la humillación. Tanta lluvia los espanta a todos; a mí, me hace una invitación para que me quede a cenar.
Después de las dos inyecciones, reposo pensativo sobre tu hombro y tú me tejes, paso a paso, a medida que subes por la escalera de caracol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario