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martes, 15 de julio de 2014

Culpable (9 de Julio. 2014)‏

"No soy dueño ni de mis miserias / y si hago himnos de ellas / es para colmarlas de vida / en esta incertidumbre hecha camino" Miguel Ángel Nieves - Octanos.

Y he de admitir que cada noche te encadenaba torpemente a mi ventana, que impedía que salieras a dar un vuelo nocturno.
Y he de admitir que te amarraba los pies descalzos, juntos, hermosos, pálidos... para que no corrieras, para detenerte en ese instante y hacerlo eterno.

He de admitir, también, que por amor te enterraba muchas veces un puñal por la espalda y luego te cantaba con dulzura hasta que te dormías, ensangrentada, en mis brazos.

He de alegar, en mi defensa, que si no te encadenaba, te mataba un águila con los ojos rojos, se comía tus alas. Y yo no quería eso, porque camino muerto desde que te moriste.

He de alegar, en mi defensa, que si no te amarraba los pies, salías corriendo a jugar descalza al jardín y los escorpiones te envenenaban hasta que el veneno acabara contigo. Y yo no quería eso, porque todo me sabe a veneno desde que te envenenaron.

También he de alegar, en mi defensa, que cuando sanaban las puñaladas traicioneras que te daba, cuando cerraba la herida y se caía la costra, ahí nacía hierro en vez de piel. Y moriste igual, porque no completé tu armadura. Fue mi culpa.

Aprendí a usar el arco para matar al águila de ojos rojos, y hasta incendié el jardín para acabar con todos los alacranes. ¿De qué me sirvió, si ahora estoy encadenado torpemente a mi ventana, como si tuviera alas? ¿De qué me sirvió, si ahora tengo los pies descalzos, juntos, sucios, heridos, amarrados, como si pudiese salir corriendo? ¿De qué me sirvió, si ahí donde me clavan el puñal, mi piel se muere para siempre? ¿De qué me sirvió, si ya te fuiste?

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