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viernes, 31 de julio de 2015

Ahí estaremos (21/6/2015)

De planes y sombras, de calles y juicios, de sed y de vértigo... en la curva de los labios del cuervo, en la curva de mi cimitarra; en los pasos imperceptibles en tu ventana... ahí estaré, ahí estarás, ahí estaremos. Donde se bañen de gris brillante los ríos, donde se escondan los nómadas, reacios y traicioneros, ahí estaré, con mi estocada certera, con el ímpetu en la hoja y en la piel que se desliza sobre ella... ahí estaremos.


Si corres, debes saber que no hay abismo, que no hay espina, que no hay infierno lo suficientemente puntiagudo, que no hay veneno más potente, que ahí estaré. 

Si te quedas, debes saber que no hay momento, que no hay camino, que el sol se pone y ahí estarás, ahí estaremos.

Me gustan las ondulaciones de tu cabello porque se enredan en mis tobillos; me gusta la forma en que con una mano borras una cicatriz y con la otra me marcas la piel.

Entonces te detienes y saltas sobre la hoja, porque has pensado en una nueva frase que no puede esperar. Y me escribes la vida mientras yo te abrazo y te beso detrás de tus orejas saladas y delante de tus mejillas dulces, limpiando tus lágrimas ácidas y tomando el lápiz para hacerle justicia a tus ojos picante oscuro.

Del alba y de los ojos cansados, de dientes y de sonrisas, toma mi mano y ahí estaré... ahí estaremos.

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