"Conozco muy bien la tenacidad de mis deseos; Por eso, nunca cometo el error de enfrentarlos. Siempre cuentan con mi total apoyo" Carolina Londres.
Desconocida ya no tan desconocida:
Ya te había imaginado antes de verte en persona, y quizá me equivoqué al imaginar de qué color serían tus cabellos, si te verías feliz o triste, tu comida favorita... pero la profundidad de los ojos es exactamente como la imaginé.
Es primera vez que le escribo a alguien que nunca he abrazado, por lo que te pido me disculpes por mi falta de experiencia.
Quería comentarte, con la misma confianza que le doy a una amiga cercana, que ya estoy bien. Que estoy feliz (o todo lo feliz que puede llegar a ser un escritor) y con todo el deseo de contagiar a todo el que pueda con mis buenas vibras.
Quería comentarte también, que la vida no es fácil y tampoco predecible, pero si miras atentamente, verás a la princesa, que salva a un dragón de un caballero malvado.
Desconocida ya no tan desconocida: vine a instalarme con lienzo y pinceles en tu oscuridad, para que sólo tú puedas ver, por un rato, mi diseño (considéralo estrictamente una metáfora, porque nunca se me ha dado bien pintar). Vine a dejar una parte de mí en ti, aunque dicen por ahí que no te conozco y que puedes, simplemente, abandonar esta hoja apenas me voltee. Pero, incluso en ese caso, te guardo cariño, porque llevo rato imaginándote mientras escribo y estoy ansioso por encontrarte, dentro de unas horas, cuando vaya en tu búsqueda.
Hoy fuiste mi musa y me ayudaste a hacer algo que nunca había hecho. ¿Y tú? ¿Qué harás hoy para sorprenderte a ti misma?
No hay comentarios:
Publicar un comentario